María Eugenia Vidal está a punto de terminar su mandato y es un misterio cuál será su futuro político y laboral. «Quiero volver a trabajar. No quisiera los próximos dos o cuatro años vivir de la política», dijo ayer en un encuentro de Mujeres Líderes en donde valoró como positiva la transición hasta entregar el mando a Axel Kicillof.
La gobernadora dijo que no tiene intenciones de alejarse definitivamente de la política, pero sí de tomarse un descanso. «Estamos planificando unas vacaciones largas con mis hijos y, a partir de marzo, estoy buscando trabajo», sostuvo Vidal, y bromeó: «Para todas las head hunters que hay acá, se aceptan ofertas». Pero ya en serio agregó: «Yo necesito trabajar, vivo de mi sueldo».
«Viene un tiempo lindo para todos los que somos parte de mi familia de repararnos, de estar más juntos y de disfrutar de cosas que en estos cuatro años no pudimos», dijo, y contó que pasó los últimos fines de semana «embalando cajas» para dejar la casa en la que vive, en la base militar de Morón.
De la relación con su familia, también dijo, con tono de broma: «Enfrentar a mis hijos, a veces, es más difícil que enfrentar a los barones del conurbano». Pero aseguró que siempre la acompañaron, en las buenas y en las malas, sobre todo luego de las últimas elecciones: «Esto es un trabajo, con triunfos y derrotas. Hay que desdramatizar».
Anticipó que retornará a la política en el ámbito de la provincia de Buenos Aires. «Mi corazón está ahí y yo tomé un compromiso con los bonaerenses de no dejarlos solos. Y ese compromiso se tiene que cumplir. Después en qué cargos, de qué manera, se va a ir definiendo. No tengo ansiedad ni apuro; hoy me importa más la consolidación de Cambiemos en esta etapa que las candidaturas».